A partir de entonces comienzan a hacer un ritual de purificación: dejan de comer algunos alimentos e incorporan otros que les van a ayudar en la concepción, plantas, raíces, frutas… este ritual de purificación va acompañado del baño en las aguas del río Tacumé, aguas que son purificadoras de la mente, las emociones y el espíritu. Este ritual dura un ciclo lunar.
Cuando acaba el baño buscan un lugar para hacer el amor, juntos, dejándose guiar por el lenguaje de las plantas, los anímales, la tierra y el cielo, cuando lo encuentran, cada uno se sienta enfrente del otro, en silencio, y le piden a su ser interior que les ayude en la concepción. A continuación empiezan a emitir un cántico para llamar a la nueva alma que ha de encarnarse a través de ellos. Un cántico que brota del corazón. Y después, mientras sus cuerpos se entrelazan, sus almas invocan a la Gran Madre y al espíritu de la unidad…
Y cuando acaban, permanecen juntos y en silencio, en el mismo lugar, durante un día, sintiéndose sostenidos por la Gran Madre Tierra y protegidos por el Gran padre Cielo.
(Conferencia Educando desde el útero materno por Mònica Manso)
4 comentarios:
¡¡¡uh!!!! ¡¡¡¡qué belleza!!!!
Si, es bellísimo Paloma... Siento que nos queda tanto por aprender
Qué hermoso! Cuánta paz y amor en sintonía... Gracias por compartirlo!
Qué maravilla! Mil gracia spor compartirlo!
Publicar un comentario