Epidural

La epidural consiste en inyectar una sustancia anestésica local (derivada de la cocaína) dentro del espacio epidural –el espacio que queda alrededor (epi) de la duramadre (dural) que protege la médula espinal. Una epidural convencional bloquea tanto los nervios sensores como motores que salen de la médula espinal, proporcionando un alivio del dolor muy eficaz, pero a la vez hace que la persona que recibe esta analgesia no pueda mover la parte inferior de su cuerpo. En los últimos 5 o 10 años, se han desarrollado epidurales con concentraciones más bajas de anestésicos locales, y con combinaciones de anestésicos locales y opiáceos que anulan el dolor (sustancias similares a la morfina y la meperidina para reducir el bloqueo motor, y producir la llamada “walking” epidural.
Todos estos tipos de analgesia ofrecen a la parturienta la forma más eficaz de alivio del dolor disponible hasta la fecha, y las mujeres que las han usado califican su satisfacción con el alivio del dolor como muy alta. No obstante, satisfacción con el alivio del dolor no es lo mismo que satisfacción global con el parto, y las epidurales se asocian con importantes disrupciones del proceso de dar a luz. Estas disrupciones pueden interferir con el disfrute y satisfacción de la experiencia del parto, y también puede comprometer la seguridad del parto para la madre y para el bebé.

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