Tenemos la suerte, el privilegio, la fortuna, llamémosle como queramos de poder celebrar en toda regla esta semana tan importante por lo que implica tanto a corto como a largo plazo.
A la luz de los hechos y programas de televisión de estas últimas semanas queda evidente que la celebración de esta Semana Mundial por un Parto Respetado está más de actualidad y es más necesaria que nunca.
En la mayoría de los hospitales españoles la atmosfera que rodea a la mujer de parto está lejos de satisfacer la necesidad fundamental de intimidad y de seguridad emocional. El respeto a ella, el respeto al bebé que nace y al proceso fisiológico de lo que está sucediendo está totalmente ausente y se obvia lo más simple, que el parto respetado es un parto seguro.
Esta hegemonía de poder, esta falta de amor, de sensibilidad, hace que nuestros partos sean duros, largos y peligrosos, hace que nos volvamos mujeres infantilizadas que nada tienen que decir aún cuando su cuerpo se dispone a dar la vida a un ser humano.
Y es que como dice Isabel Fdez del Castillo en su libro "La revolución del nacimiento" (libro que recomiendo encarecidamente), el objetivo de la obstetricia convencional busca el control del parto, el dominio de las fuerzas de la naturaleza. Igual que ponemos diques al mar...
Pero se olvida el hombre de que la naturaleza es salvaje y muchas veces nos da lecciones que fácilmente olvidamos como cuando entra un volcán en erupción, nos sacude con un terremoto o nos arrasa con un tsunami.
Las mujeres estamos despertando esa natualeza salvaje que poseemos desde el principio de la humanidad. Somos especie, somos humanidad porque la mujer siempre fue salvaje y así parió a sus hijos. Todos, absolutamente todos venimos del útero de una mujer, de las entrañas de una mujer ¿quién está osando domesticarla? ¿quién se atreve a controlar a la mujer salvaje que llevamos dentro?
¿Sabeis el juego al que estais jugando? ¿Conoceis las consecuencias de tal osadía?
La humanidad y la especie están en juego... abandona tu pulso contra la naturaleza y comienza a venerarla con amor y respeto... tu vida y la de los tuyos están en juego.
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