A causa del trabajo extra que
hace nuestro cuerpo durante la gestación de un bebé el nivel de glucosa
desciende… esta es la razón fisiológica de nuestro cansancio, a veces extremo y
de esos enormes “agujeros” que aparecen
al comienzo del estómago de forma repetitiva si no comemos a menudo, dando
lugar a nauseas e incluso a vómitos.
No a todas las mujeres
embarazadas se le pasan los síntomas a los tres meses, creo que, como siempre,
es necesario escuchar al cuerpo y aprender que nos quiere decir. Aprender su
lenguaje y además actuar en consecuencia. De modo que si estamos cansadas
seamos capaces de parar nuestra actividad y echarnos a descansar… Pero no, las
mujeres, ahora “que nos hemos liberado”, no podemos permitirnos descansar,
aunque el cuerpo nos lo grite a voces, ahora hemos de trabajar dentro y fuera
de casa… ¡somos súper mujeres!
Muchas veces los bebés, ya desde
el embarazo, vienen a desestructurar nuestro mundo, a cambiar hábitos y
rutinas, a enlentecer el ritmo… Ellos son los sabios, dejémonos enseñar y
volvamos a nuestra naturaleza femenina.
Los vacíos de estómago, que
frecuentemente terminan en nauseas y vómitos son relativamente fáciles de
solucionar. Los expertos no terminan de ponerse de acuerdo y algunos hablan de
falta de proteínas y otros de vitamina K. De nuevo todo es cuestión de que tu
pruebes con qué te sientes más aliviada, así que para evitarlos intenta comer
cada dos horas las cosas que te sienten bien sean proteínas o vitaminas, eso
sí, evita las bollerías, lo refinado y los azúcares artificiales… son una bomba
de relojería ya que te alivian rápidamente pero después el bajón es mucho
mayor, sin contar lo que pueden hacer engordar. Puedes prepararte una bolsita
con frutos secos incluyendo dátiles, orejones, pasas…, que tienen azúcares
naturales. A mí me encantaban las nueces y los cacahuetes… pero en cada
embarazo los gustos cambiaban, y/o de fruta fresca o incluso galletitas o
barritas de cereales. Lleva esa bolsita variada y una botellita de agua siempre
contigo, nunca sabes que te va a apetecer.
También el olfato se desarrolla
sobremanera. Hay olores que antes no percibías y que ahora no soportas e
incluso te pueden provocar nauseas. Recuerdo que yo no podía abrir la nevera,
da igual lo limpia que estuviese, ese olor de mezcla de alimentos me hacía
vomitar cada mañana. También aborrecí
comidas que antes del embarazo me gustaban muchísimo… Pienso que el bebé se
protege de ciertas sustancias que no le vienen bien haciéndonos huir a través de los olores y los
sabores… ¡cuánta inteligencia!
Caminar media hora al día alivia
todos estos síntomas que te he mencionado además de ser un excelente ejercicio
de preparación al parto. Caminar equilibra el sistema nervioso, el sistema
hormonal, y el sistema glandular, ¡casi nada! Y si tuvieses el privilegio de
caminar por la naturaleza, ya ni te cuento.
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