Sobre episotomías, perinés y otros menesteres

Aprovechando algunas preguntas que me han echo sobre la conveniencia o no de los masajes de periné y el uso de otros artilugios para favorecer la elasticidad de la zona, me animo a escribir este pequeño post para compartiros lo que he comprobado a traves de mi, mis cinco partos y como acompañante de otras mamás.

Hablemos de nuevo de la dichosa episiotomía, de su conveniencia o no y de como evitarla.

Para no repetirme mucho sobre el tema os remito a leer primero el post que compartí por aquí hace un tiempo, el cual comparto casi en su totalidad.

Una vez leido añado lo siguiente.

Una episiotomía puede ser totalmente evitable. Eso sí, depende de algunos factores.

El primero que voy a nombrar es el que comparto con el post leido. Depende muy mucho de la conciencia, la templanza y el saber hacer (en este caso no hacer) del/la profesional que te atienda. A parte de este factor, que en cierta medida también puedes controlar eligiendo a la persona que quieres que te asista en el parto, sólo me queda otro factor, y ese eres tu.

Evidentemente no voy a negar que un periné elástico tiene más posibilidades de evitar una episiotonía que otro rígido o espástico y que para mantener el periné elástico podemos usar aceites, masaje y globitos apropiados para ello, quizás no esté de más o quizás si. El caso es que yo siento que para evitar una episiotomía tenemos que mirar un poco más adentro, adentro nuestra, en nuestra psique.

Qué Cosas ¿no? El periné y nuestro trabajo personal. Pues así es como lo veo yo.

El trabajo que ha de hacer el periné no es otro que relajarse, igual que toda la musculatura que interviene en el canal del parto, igual que el útero, igual que la mujer que va a parir. Para mi, ahí está la madre del cordero en aprender a relajarnos nosotras y toda nuestra musculatura en un momento crucial y trascendente. Saber abandonarse, rendirse, delegar en nuestro cuerpo, amar su sabiduría. Cuando una mujer escucha y entiende su cuerpo y atiende a cada una de la sutiles señales que le ofrece, esa mujer no necesita de aceites, masajes o globitos. Esa mujer se abrirá en canal sin temor para que su bebé salga de si misma.

Cuando tenemos miedo, por infinitas circunstancias que ahora no voy a nombrar, y no es solo miedo al dolor,son muchos miedos inconscientes sin resolver... cuando esos miedos permanecen en el cuerpo porque no hicimos un trabajo previo para, primero reconocerlos y luego sanarlos, entonces el cuerpo no se abre. A veces no se abre ni con oxitocina sintética, ni con epidurales, ni con episiotomías... a veces, la única solución es la tijera rasgando nuestro útero.

Hagamos un trabajo profundo con nosotras mismas antes de tener un hijo, aprendamos a escuchar nuestro cuerpo y a liberar las emociones para que no se queden enquistadas, aprendamos a rendirnos, a dejar la lucha, a abandonarnos al río de la vida y entonces nuestros perinés que recogen memorias de antaño, de nuestras ancestras, entonces nuestros perinés se abrirán en canal para dejar salir la vida.

Cuando una mujer tiene esa fuerza gracias al trabajo hecho, el profesional que la atiende no es un obstáculo. O bien porque no se deja hacer o, lo más probable, porque ya se encargó ella de buscar uno acorde con sus necesidades y sus tiempos.

Pero mientras no hagamos ese profundo trabajo de sanación con nosotras mismas, mientras tanto digo, sigamos usando aceites, masajes y demás artilugios...

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